lunes, 9 de noviembre de 2009

SIENDO ESCLAVA DESDE LAS PARROQUIAS


Casi sin darme cuenta, me encuentro metida de lleno en la Pastoral Parroquial. Antes he realizado distintas misiones desde mi ser de Esclava del Sgdo. Corazón de Jesús. Siempre había oído hablar de las Hnas. que trabajaban en Parroquias y creaba en mi un interrogante: ¿cómo llevarán nuestro carisma eucarístico-reparador? Y desde hace casi diez años estoy en ello.

Tengo que decir que doy gracias a Dios por esta misión. Me da la posibilidad de entrar "de puntillas" en la vida de las personas que trato y que formamos los distintos grupos: niños, adolescentes, jóvenes, adultos y mayores.
Cuando en los grupos llevamos años tratándonos se crea una confianza y una intimidad impresionantes. Acercarme a los dolores, preocupaciones, dudas, interrogantes, de las personas que trato, me lleva a agradecer al Señor, que Él haya tenido tanta misericordia, cariño y ternura conmigo. Al sentirme reparada, rehecha, amada y enviada por este Señor, me facilita el camino para llegar a ellos.

Me acerco descalza, con respeto y con humildad, porque lo que tengo no es mío, sino dado por Dios, ese Padre amoroso que tanto nos quiere y nos ha dado todo, hasta su propio Hijo.
- Hablarles de ese amor misericordioso del Padre, esa entrega hasta la muerte del Hijo y la fuerza del Espíritu que nos guía y dirige, es una tremenda suerte.
- Acercarlos a Jesús-Eucaristía, que tan de lleno está en nuestro carisma, es motivo más que suficiente para llenar mi vida.

A nuestra Iglesia acuden diariamente muchas personas a pasar un ratito con Jesús expuesto para pedir, ofrecer, agradecer, alabar... Jesús va llenando sus vidas poco a poco como va llenando la mía.
El ver y sentir que tienen necesidad de Él es motivo que llena mi vida y me lleva a agradecer al Señor que me haya llamado a compartir lo que soy y tengo, cómo pan que se entrega y vino que se ofrece para remediar esa sed y esa hambre que hay en nuestro mundo.

Hna. Carmen de la Torre, aci
Subcomisión provincial parroquial.