domingo, 22 de noviembre de 2009

SIENDO ESCLAVA ENRE ESCLAVAS

Siempre pensé que la Formación Permanente es algo importantísimo para quien tiene una vocación apostólica que le exige estar en el corazón del mundo y entre las personas. Cuando en la Provincia me indicaron que debía trabajar en la subcomisión de Formación Permanente, en equipo, con otras Hermanas, lo hice con gusto, entregándome en la tarea y pensando siempre en nuestra Provincia. Formamos un equipo muy heterogéneo y muy unido. Desde aquí le mando un beso grande, con inmenso cariño, a la que fue nuestra coordinadora, Mercedes Carbonell. El equipo ha cambiado, pero también trabajamos muy a gusto y con interés. Son Mª Angustias, Ana y Mª Luisa.

La Congregación Provincial de Andalucía pidió a la C.G.XVII, la elaboración de un documento marco que regulara el ser y el quehacer de la Formación Permanente. La Superiora General encargó su realización a las distintas provincias. En Andalucía nos tocó a la subcomisión. Nos pusimos a la tarea, buscando y profundizando todos los escritos recientes y las conferencias que encontramos sobre el tema. Disfrutamos con todo, pero tuvimos la agradable experiencia de que lo mejor sobre Formación Permanente lo encontrábamos en nuestras propias Constituciones, 110-112. Este descubrimiento fue muy agradable y gozoso. ¡Qué riqueza y actualidad de contenido! ¡Qué bien expresado!
La Formación Permanente se nos presentó con unas dimensiones que abarcaban toda nuestra vida. No nos resultó fácil elaborar el documento, porque ya estábamos llenas de ideas, pero había que sintetizar, y sabemos lo difíciles que son las síntesis. Cuando estuvo terminado, lo presentamos a cada una de las comunidades de la Provincia. Tratamos de hacer hincapié en que la Formación Permanente no es una adaptación cultural que exige cursillos, conocer las últimas corrientes de la Ciencia, saber de todo, leer muchos libros. Todo eso, también; pero va por otro lado.

Para nosotras, Esclavas, es asunto que toca a la fidelidad a nuestra vocación, porque surge de la necesidad de responder a la Misión que hemos recibido para las personas de cada momento de la Historia. El que las circunstancias de nuestro mundo sean tan cambiantes, nos exige una postura de alerta, de vigilancia, de prepararnos, de sentir la necesidad de una adecuación para ir respondiendo, desde nuestra identidad, a las necesidades que van surgiendo. Por eso hablamos de “fidelidad creativa”. Se trata de la actitud del centinela que otea el horizonte; de preguntarnos, cada día, “el qué, el cómo y el adónde”, estrenando, también, cada día, la pregunta, para percibir las novedades. Sintonizar cada mañana para encontrar la emisora de Dios, la emisora del Espíritu que está en las entrañas de este mundo.
Supone repensar nuestra vida de consagración como un diálogo con nuestro mundo, en una actitud de cordialidad con él y en la del amor de Jesucristo, siendo capaces de vivir en la diferencia, de dialogar, responsablemente, con lo diferente; en la crítica que nace del amor. Podemos ser críticos con nuestro mundo cuando creemos y confiamos.

Para ello tenemos que revisar tres actitudes:
+ La MIRADA: antes, dejarnos mirar, porque no miraremos bien a los ojos de un “mundo roto”, si no nos hemos sentido salvadas por la mirada de un Dios, amor incondicional. Esa mirada nos devuelve a este barro para mirar con el amor apasionado de Dios. Esto es AMOR (castidad).
+ La ESCUCHA (obediencia): Escuchar lo que late al fondo, desde la acogida, nunca desde la solución de los problemas. No somos dueños de la verdad, sino escuchadores de lo que Dios ha puesto en el interior de cada ser, para regar y alentar la semilla de Dios.
+ La CONFIANZA (pobreza): confianza en que Dios vive en la entraña de nuestro mundo pecador, manchado -¿dónde si no?-. Y ahí hay que alumbrarlo sin condenaciones intransigentes.

Esto es vivir en formación (adecuación) permanente. ¡Qué maravilla nuestra Misión! ¿no? Desde nuestra pequeñez podemos aspirar cada día a vivir a este nivel. Y al encontrarnos con nuestra miseria y falta de fidelidad, empezar de nuevo.

Hna. Pilar Serrano
Subcomisión de Formación Permanente