domingo, 18 de abril de 2010

Después de la Pascua...

¡¡¡Hola!!!
No he podido escribiros antes porque he estado algo liada a la vuelta de la Pascua y además quería sentarme tranquila...
Esta Pascua ha sido para muy especial. Si, esta Pascua ha sido muy, muy especial para mi... ¡Total! He sentido de nuevo a Dios, pero un Dios nuevo, distinto o, mejor dicho, creo que la distinta era yo...
Me he sentido auténtica, liberada, convencida de que Dios me sigue llamando, amada, escuchada y sobre todo entusiasmada y renovada.Ha sido una Pascua internacional, he sentido allí a los cinco continentes, a mis amigas africanas, mi amiga nepalí, a las prostitutas, a los transexuales, a la iglesia entera... a los sencillos, los distintos, los raros... Yo creo que hemos pedido por todo este mundo y parte de los del espacio... Con gestos muy sencillos pero llenos de sentido, con abrazos sinceros, con profundidad, amor y TERNURA..

Esa ha sido la palabra estrella LA TERNURA... Y he sentido a Dios en aquella capilla, en la oración con vosotros, en el silencio de la cruz...
Y he sentido a Dios a la vuelta, cuando he compartido, con "mi pequeño equipo de basket" y me han contado lo que ellos, con sus 20 años han vivido, han experimentado...
Y he sentido a Dios de guardia en el hospital donde me he sentado con los enfermos en la planta de Cuidados Paliativos y he visto tantos cristos sufrientes, tantos cuerpos tendidos que no levantaban ni dos palmos de entre las sábanas...
Y he sentido a Dios cuando me he acercado a ellos y les he tocado, acariciado, auscultado... Cuando he ido simplemente porque se sentían solos, agobiados y he visto que las caricias, mi escucha, eran más efectivas que algunos medicamentos y...
He sentido a Dios cuando he ido con mi amiga nigeriana a la compra y nos hemos abrazado y nos hemos felicitado las Pascuas y me ha contado que el otro día dio su testimonio delante de unos jóvenes y dijo que a pesar de lo difícil que había y sigue siendo la vida para ella... Dios siempre pone a alguien cómo las monjitas de Villa Teresita... para hacerle ver que no la deja, que sigue ahí...
Y sigo sintiendo a Dios...
Deseo que todos sigáis vuestro proceso... Por si no os lo había dicho, y como les dije a mi pequeño equipo de basket... Hay que salir todos los días a hacer windsurf, a coger la ola, aunque sepamos que unas veces estamos encima y otras debajo de ella...
Un abrazo para todos y gracias, por compartir con nosotros lo más profundo de ti... a ese Dios que llevas dentro.

Con todo mi cariño
Ana Saenz de Santa María