martes, 3 de noviembre de 2009




¿Hay algo mejor que entregar gratis lo que gratis se ha recibido?
¿Hay algo más bello que aprender a reconocer la presencia de Dios en la vida cotidiana y concreta y descubrir su llamada a ser feliz?
Mi vocación de Esclava tiene mucho que ver con los grupos ACI… este espacio fue para mí el lugar Sagrado de encuentro con el rostro del Dios de Jesús… un Dios compasivo, tierno, que apuesta por lo pequeño, que ayuda a crecer siempre, que salva, perdona, espera sin límites…
Encontré a Dios desde muy pequeñita… mi familia y la educación recibida en un Centro de Esclavas me ayudaron a configurar la imagen de Dios y a ir dando respuestas concretas a lo que Él me pedía, pero fueron los grupos ACI los que me pusieron en contacto con el Dios que habita dentro de mí y de cada persona, con su proyecto de vida y con mi deseo profundo de darle una respuesta ante tanto como recibía.
Nunca he pensado que tengo vocación educadora, ni la he buscado, sin embargo la educación me encontró a mí, se interpuso en mi camino y me mostró su aspecto más atrayente: educar reparando. Fue en los grupos ACI dónde este Dios reparador me mostraba el camino concreto de felicidad: acercarme a los pequeños, acompañar el crecimiento de los más débiles, gozar y disfrutar con cada detalle, palabra, gesto, oración, ver disfrutar a otros y gozar con ello…
Ahora, como el gran regalo que Dios me hace, me encuentro colaborando y participando, ya de otra manera y como Esclava, en los grupos ACI. Es para mí la misión que recibo de mi Congregación y el lugar privilegiado donde seguir encontrando a Dios entre los niños y jóvenes que forman parte de estos grupos juveniles. Me siento realmente privilegiada de estar en este lugar, de participar de la misión reparadora de las Esclavas y de seguir haciendo camino trabajando para que otros conozcan y quieran a Jesús. Los más pequeños me aportan la sabiduría del que sabe encontrar en las cosas sencillas e ingenuas la grandeza de un Dios que se encarna en lo más humano. Los adolescentes me confrontan, me exigen, me cuestionan, me ayudan a seguir buscando a Dios, replantean constantemente mi fe, me desinstalan y reubican y me hacen tocarle a Él en la realidad de lo que ellos viven. Los monitores me hacen sentir que la misión es compartida y me dan la esperanza de que nuestro carisma reparador es válido y sigue siendo asumido y vivido por laicos que comprometen su vida y son felices haciéndolo aquí, en los grupos ACI. Las Esclavas, mis hermanas, las que trabajan codo a codo conmigo en esta tarea educadora y evangelizadora que intentamos realizar desde los grupos ACI, son mi apoyo y la posibilidad de sentir que la misión concreta la realizamos como CUERPO al que yo pertenezco y en el que la misión es asumida y amada por todas…Y por último, Dios, el que me llama y me ama, me posibilita encontrarle, responderle y amarle en la misión que Él me encomienda, una misión que configura mi vida y me hace feliz.
Hna. Isabel Fernández Escobar, aci
Subcomisión provincial Grupos aci



2 comentarios:

Unknown dijo...

Hola, Isabel, muy bueno tu comentario. Eres tú la que haces el blog o lo hacen entre varias/os? Realmente que los grupos ACI son un camino fecundo. Muchos cariños desde Argentina

Isabel Fernández Escobar, aci dijo...

Hola María!, me alegra que te sientas unida a los grupos ACI como camino de fecundidad y de seguimiento a Jesús...
El blog pertenece a un apartado de la página web que tenemos las Esclavas de la provincia de Andalucía: www.esclavasandalucia.com y se nutre de la aportación de distintas personas... ¡si te animas puedes escribir tu experiencia, o puedes aportarnos algo y lo subo! gracias!